18 abril 2025

VIERNES SANTO

 

      Y oscureció sobre toda la tierra desde el mediodía hasta las tres de la tarde». No hay mejor imagen para describir el Viernes Santo: "la oscuridad". Cuántas veces hemos experimentado esta oscuridad. Son esos momentos en los que ya no vemos una esperanza, una salida, un sentido. Si la desesperación tuviera un color, sin duda sería la oscuridad. Este es el día en que Jesús entra en la oscuridad y se deja crucificar para que ninguno de nosotros pueda volver a experimentar soledad en los momentos en que parece que se adueña de nosotros esa sensación de soledad. De hecho, hay una gran diferencia entre «estar solo», y «estar verdaderamente solo»

    Como cristianos, debemos aprender a desconfiar de nuestros sentimientos, a veces al menos, porque nuestra fe nos dice que Jesús se hizo nuestro compañero especialmente en la hora de la oscuridad y de la prueba. Nadie está solo, aunque lo parezca. Por eso debemos aprender a ver la Cruz de Cristo no como al coco o a una forma perversa de sentirnos culpables, sino como a un exorcismo que aleja de nosotros la desesperación y nos hace darnos cuenta, en cambio, de lo mucho que somos amados por Él. Cuando alguien te ama hasta el extremo, hasta dar la vida por ti, entonces ya no tienes excusas porque sobre ese amor puedes construir un universo, no sólo tu vida.

     Gracias, Señor Jesús, por amarnos así. Gracias, porque no bajaste de esa Cruz. A partir de ahora, cada vez que nos encontremos con la palabra fin, sabremos que hay que desconfiar porque quien ama así nunca puede morir y acabar, ni aunque lo maten de una manera tan bárbara como a Ti



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