En la celebración, junto al Párroco de Casarrubios del Monte D. Miguel Ángel Díez Madroñero, han concelebrado otros sacerdotes y el Postulador General de la Orden Cisterciense, P. Pierdomenico Volpi.
Eran presentes también la Madre Presidente de la Congregación Cisterciense de Castilla, Eugenia de Pablo Esteban; la Abadesa del monasterio de San Joaquín y Santa Ana, Madre María Teresa de Antonio Peña con algunas hermanas: la Venerable Sierva de Dios entró en este monasterio antes de fundar el monasterio de la Santa Cruz. Participaron en la celebración además, la abadesa y algunas monjas del monasterio de Santo Domingo el Antiguo de Toledo de la Congregación Cisterciense de Castilla, la Madre María Thomas kudiyiricka, y con ellas estuvieron algunas monjas del monasterio de San Clemente de Toldo de la Congregación Cisterciense de San Bernardo en España.
Importante fue la representación benedictina de dos monjes de Montserrat en Madrid, que encarna la gran unión y fraternidad que existe entre la Orden Benedictina y la Orden Cisterciense. Fueron los Padres José María Ruiz que es el Prior y el Padre Alfredo Simón Pérez.
El Arzobispo
en su homilía ha citado las virtudes de tres personajes del Antiguo y del Nuevo
Testamento -los Profetas, San Juan Bautista y la Virgen María- uniendo las
virtudes peculiares de estos tres personajes a la Sierva de Dios, la ya Venerable
M. María Evangelista.
Nos parece oportuno señalar algunas palabras del Decreto sobre las virtudes aprobado por el Papa León XIV: “Los rasgos particulares de su figura (de la Sierva de Dios) se encuentran en su vida de oración y en la asidua experiencia unitiva que hizo de ella una contemplativa según los dictámenes de la Carta caritatis, texto base de la Orden Cisterciense, junto a la Regla de San Benito. Constantemente inmersa en la contemplación del misterio trinitario, puso en el sentido de la filiación divina en Cristo el fundamento de su vida monástica en la cual la fortaleza de la fe y la prontitud en la caridad se unen armónicamente con el abandono filial al Padre”.
Esperamos que Dios conceda un milagro por intercesión de la Venerable Sierva de Dios a fin que su ejemplo sea luz del mundo y sal de la tierra.
La celebración terminó con el canto de la Salve cisterciense. Siguió una merienda para todos los participantes.
BREVE RESUMEN DE LA HOMILÍA MONS. FRANCISCO CERRO
Puntos principales de la homilía:
-Gratitud y alegría por la proclamación de
Venerable: El arzobispo subrayó que la declaración de Madre María
Evangelista como Venerable es un motivo de profunda acción de gracias para la
Iglesia y, en especial, para la comunidad cisterciense de Casarrubios del
Monte.
-Ejemplo de vida consagrada: Mons. Cerro, recordó que la Madre Evangelista
vivió con radicalidad evangélica, en sencillez y entrega, siendo modelo de
fidelidad a Cristo y a la vocación monástica. Su vida es ahora reconocida
oficialmente como camino de santidad.
-La esperanza como legado espiritual: Invitó a los fieles a mirar la figura de la
Madre Evangelista como fuente de esperanza en tiempos de dificultad, resaltando
que su confianza en Dios y su amor a la Iglesia son un estímulo para todos.
-Continuidad de la misión: El arzobispo animó a la comunidad a seguir
transmitiendo la espiritualidad cisterciense y el carisma de la fundadora,
manteniendo viva su memoria y su obra en el monasterio.
-Dimensión eclesial y comunitaria: Mons. Cerro destacó que la proclamación de
Venerable no es solo un reconocimiento personal, sino un don para toda la
Iglesia, que se enriquece con el testimonio de sus hijos e hijas fieles.
Significado
para la comunidad: La homilía puso
de relieve que la declaración de Venerable de Madre María Evangelista no es
únicamente un honor histórico, sino una llamada
a vivir con mayor intensidad la fe y la comunión eclesial. El arzobispo invitó a que su ejemplo
inspire nuevas vocaciones y fortalezca la vida espiritual de los fieles.




