27 enero 2019

DIARIO DE ORACIÓN - 3- M. Ct.


 DIOS SE ADAPTA A LA MANERA DE ENTENDER DE LA PERSONA
    Un día, me dijo mi confesor que los grandes favores que me hacía el Señor, no solía hacerlos de ordinario. Estando después recogida le dije a su Majestad: Señor, ¿Qué es esto que me dicen? Yo confieso que me dais a conocer vuestras verdades y lo mucho que vale el padecer, mas yo no sé cómo son estos favores porque me pones con ellos como en un tormento
    Me dijo El Señor: Ese es mi brazo poderoso que, enseñándote yo mi poder y todo lo que quiero que veas, pongo tu alma y tú obra en la cruz, de manera que no tomes gusto en nada ni tengas satisfacción de ti, porque si no es así, no estarías en cruz. Y la cruz quiero Yo sea tu lecho y tu nido, como Yo te lo tengo enseñado.

    Yo, acordándome entonces de la doctrina que Vuestra Paternidad me había enseñado, le dije: Señor, haz que sea siempre consciente de que soy dos: una la parte superior, que es la del alma, y otra la parte inferior, que es la del cuerpo y sus sentidos, que no sé decirlo de otro modo, sino como “este interior y este exterior”
    Dijo el Señor: Eso yo te lo tengo enseñado con modos que tú entiendas. Esto es lo que yo te digo: que la parte del alma esté ocupada en la cruz en que Yo la pongo, porque esa es solo la obra del alma en que me agrado y la que mi Hijo tuvo siempre en su corazón; la cruz es vuestro nido en donde habéis de descansar. Y la parte de afuera es la que se ocupa de las cosas exteriores, dejando al alma en su centro y trabajando los sentidos, a veces tan solos y sin cuidado del alma como si no tuviera que ver en ellos. Y lo mismo ocurre con el ruido de la imaginación, con tentaciones, dudas e inquietudes, que las mira el alma como si pasaran en otra persona, como a la verdad pasan, en otra región muy distante del espíritu.
    Esto me enseñaba y me lo hacía ver con grande claridad, que así pasaba por mí muy de ordinario, como nuestro Señor me lo mostraba.
De los escritos de M. María Evangelista
Misericordias comunicadas nº 3
Monasterio cisterciense de la Sta. Cruz de Casarrubios

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